Esa persona a la qe no necesite decirle qe necesito su abrazo-

Nosé, me pregunto mil veces que me pasa y no tengo explicación, solo creo en terminar algo que empecé, por que hoy siento que estoy caminando por un túnel sin salida, o por una salida que no quise admitir desde el principio. Igual sólo necesito valorarme, quererme y aprender, porque todavía soy una niña que no vivió tantos momentos y situaciones como parece, que no sabe que en la vida no es todo color de rosa como en algunos libros, que hay que luchar por lo que uno quiere, pero también hay que saber decir que NO en algunas situaciones que se nos presentan. Hoy me siento vacía, necesito escuchar decir que me queres o que en algún momento me quisiste, aparentamos estar bien, pero nos estamos destruyendo juntos, pero me estoy destruyendo junto a vos. Luché por lo que sentía, hoy ya no me quedan ganas, hoy ya no puedo más. Hoy comprendí, sin pensar, sin saber que es lo que quiero, que tengo que dejarte, creo que nunca te tuve, siento que nunca te tuve, que te compartí, porque así lo quise, porque así se dió, pero hoy ya no aguanto, hoy tengo tantas cosas que decirte que no sé como empezar, pero me pregunto: Por qué?, y no tengo la respuesta. Sólo sé que anoche, me dí cuenta de lo poco que significo en tu vida, tal vez me esté equivocando como tal vez no, pero también me dí cuenta de lo mucho que significo para las personas que verdaderamente me quieren. Vacía como lo estoy te dí muchas cosas, que para mí son importantes, no me arrepiento de eso, pero descuide a personas que hoy y siempre desde que nací estuvieron a mi lado, enseñándome a caminar, a levantarme en cada caída, en cada golpe, acompañándome en mis días oscuros, en mis noches sin luna, esa luna que quisimos ver juntos pero que nunca salió para nosotros, porque comprendía, porque ella sí sabia que tengo que guardar ese momento para esa persona que realmente me valore y que mire por mis ojos lo mismo que yo encuentro en ella. Esa persona que no necesite decirle que necesito de su abrazo, que tan sólo con mirarme se dé cuenta de lo que me pasa, que estoy mal, que quiero compartir esas charlas interminables, esas noches de ensueños, de locuras, de locuras por amor. Pero este sentimiento hoy no es correspondido, por eso decidí guardarlo, recordarlo, o simplemente tratar de olvidarlo, siempre vas a estar presente en mi vida, cada persona que pasó por ella dejó marcas que nadie podrá quitar y que tampoco deseo quitar. Por eso hoy te digo “adiós”.

Mel.-

Es una historia, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia:

La dejó porque, aunque su aroma le quitaba el sueño, aunque sus noches eran mágicas, aunque se prometieron amor eterno, no supo ser sólo suyo. Asustado, lloraba desconsolado porque creía que era incapaz de amar a nadie. Porque él se creía enamorado, pero no comprendía entonces porqué cuando una mujer lo miraba, él olvidaba los besos de su amor, y se dejaba llevar por otras manos, y bailaba sintiéndose deseado, insultantemente atractivo, desafiante y camaleónico. Pero al despertar él siente la llamada de su amor, siente a su corazón ansioso por verla, por abrazarla, por hacerle el amor. Y la mira y se da cuenta que no puede dejarla, porque la ama con locura. Y no entiende porqué, si tanto la ama, si el corazón le palpita acelerado si se imagina la vida sin ella, no entiende entonces porqué no se niega a acostarse con otras que deambulan la noche esperando a hombres dispuestos, como él, a dejarse amar sin desayuno. Y es que él no lo sabe, pero no la ama. No la ama porque cuando amas a alguien no entregás tu amor a otro porque tu cuerpo no lo concibe. Pero él sentía un vacío terrible sin ella. Y gritaba al mundo que la amaba, antes y después de acostarse con cualquiera, él proclamaba su amor eterno para ella. Pero yo sé que no la amaba. Porque cuando amás a alguien el tiempo se escurre cuando estás con él, la noche es larga y fría si no te abraza y con tu cuerpo, víctima del amor, rechazas todo lo que no son sus manos. Él amaba el calor de su cuerpo en el colchón. No sus besos en la madrugada. Él amaba el café con leche que cada mañana le preparaba, las cenas con velas, las cartas de amor, las navidades compartidas y un futuro resuelto cargado de amor. Él odia ahora el vacío en su cama, los domingos por la tarde, los atardeceres solitarios. Y sigue buscando a alguien que se parezca a ella, pero que haga suyo su cuerpo (sobre todo su alma), que su recuerdo perdure en la noche en la que ella está ausente. Porque si amas a alguien tus ojos, tu piel, tus sueños le pertenecen, sin que puedas evitarlo, sin remedio, sin cura.

Si amas a alguien no hay excusas, ni noches, ni copas de más con otras.