Es una historia, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia:

La dejó porque, aunque su aroma le quitaba el sueño, aunque sus noches eran mágicas, aunque se prometieron amor eterno, no supo ser sólo suyo. Asustado, lloraba desconsolado porque creía que era incapaz de amar a nadie. Porque él se creía enamorado, pero no comprendía entonces porqué cuando una mujer lo miraba, él olvidaba los besos de su amor, y se dejaba llevar por otras manos, y bailaba sintiéndose deseado, insultantemente atractivo, desafiante y camaleónico. Pero al despertar él siente la llamada de su amor, siente a su corazón ansioso por verla, por abrazarla, por hacerle el amor. Y la mira y se da cuenta que no puede dejarla, porque la ama con locura. Y no entiende porqué, si tanto la ama, si el corazón le palpita acelerado si se imagina la vida sin ella, no entiende entonces porqué no se niega a acostarse con otras que deambulan la noche esperando a hombres dispuestos, como él, a dejarse amar sin desayuno. Y es que él no lo sabe, pero no la ama. No la ama porque cuando amas a alguien no entregás tu amor a otro porque tu cuerpo no lo concibe. Pero él sentía un vacío terrible sin ella. Y gritaba al mundo que la amaba, antes y después de acostarse con cualquiera, él proclamaba su amor eterno para ella. Pero yo sé que no la amaba. Porque cuando amás a alguien el tiempo se escurre cuando estás con él, la noche es larga y fría si no te abraza y con tu cuerpo, víctima del amor, rechazas todo lo que no son sus manos. Él amaba el calor de su cuerpo en el colchón. No sus besos en la madrugada. Él amaba el café con leche que cada mañana le preparaba, las cenas con velas, las cartas de amor, las navidades compartidas y un futuro resuelto cargado de amor. Él odia ahora el vacío en su cama, los domingos por la tarde, los atardeceres solitarios. Y sigue buscando a alguien que se parezca a ella, pero que haga suyo su cuerpo (sobre todo su alma), que su recuerdo perdure en la noche en la que ella está ausente. Porque si amas a alguien tus ojos, tu piel, tus sueños le pertenecen, sin que puedas evitarlo, sin remedio, sin cura.

Si amas a alguien no hay excusas, ni noches, ni copas de más con otras.

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